Las fuentes de hielo han ido haciéndose paso en los spas poco a poco por sus múltiples beneficios y posibilidades. Esta pequeña instalación consiste en un tubo sobre un recipiente, con infinitas posibilidades de diseño, que va generando hielo picado muy fino.
Su origen proviene de las zonas del Báltico dónde se combinaba la sauna con un masaje con nieve para conseguir un potente efecto térmico. A día de hoy, su uso es recomendable para completar el ciclo termal de hidroterapia consiguiendo una vasoconstricción que activa a la circulación sanguínea y estimula los vasos periféricos.
El hielo es de sobra conocido por su uso preventivo y de tratamiento en procesos inflamatorios. Podemos destacar múltiples beneficios de su utilización en personas:
- Anestesia
- Estimula la circulación sanguínea
- Efecto antiinflamatorio y disminución del edema
- Efecto trófico (vasoconstricción y vasodilatación) regenerativo
- Disminución del espasmo muscular.
- Mejora de la función articular alterada
- Descenso de la temperatura corporal
Además, no requiere de un espacio muy grande y podemos conseguir integrarlo en ambiente gracias a sus amplias posibilidades de personalización. Si dispones de baños termales en tu spa o zona wellness, será tu complemento estrella.
Cuéntanos en comentarios si lo has probado y cuál ha sido tu experiencia.