Hace más de 2000 años, las saunas ya se utilizaban con propósitos medicinales. Con este baño de calor seco conseguimos diferentes objetivos ¿quieres saber cuáles son los principales?
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Eliminar toxinas
A través del sudor conseguimos normalizar los niveles de mercurio, desintoxicando el hígado y los riñones.
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Recuperar y aumentar el músculo
El calor de la sauna es el complemento perfecto para deportistas: ayuda a recuperar el músculo y la degradación natural de proteínas. En caso de lesión, esta técnica alivia el dolor y disminuye la pérdida de masa muscular.
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Prevenir resfriados y despejar vías respiratorias
Consigue frenar las infecciones leves, aliviar sus síntomas y despejar las vías respiratorias.
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Mejorar la circulación
La sauna aumenta nuestro ritmo cardiaco, consiguiendo así ensanchar los vasos sanguíneos; esto mejora de la circulación aumenta la sensación de bienestar.
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Relajarnos
Las saunas consiguen lo que todos buscamos: la relajación total.
¿Listo para dejar que todos sus beneficios te cautiven?